SUEÑA CON LOS ANGELITOS

Lejos de ser esto una lección de vida, y sin querer crear grandes conclusiones, comparto con ustedes una vez más, una historia de esperanza. 

Dos días sin dormir bien pueden sonar poco, pero la pesadez en los ojos, dice lo contrario, porque un mal descanso puede complicar tu día, y una pesadilla,  atormentar tu mente. 

Ayer por la noche tuve uno de esos sueños en donde puedes recordar cada detalle, sin escenas borrosas, sin historias sin sentido. Un sueño en donde sientes que todos tus sentidos también están inmersos en él, y al despertar, te das cuenta que fue más que solo un sueño. 

Soñé que salía al jardín delantero de mi casa, y veía a dos animales ENORMES, eran una mezcla entre leones y jaguares, del tamaño quizás de un oso polar, los dos animales eran diferentes entre sí, pero al mismo tiempo con rasgos similares.  A pesar de su tamaño y rasgos salvajes, no me daban miedo, porque podía sentir también una mirada tierna, como de un cachorro.   Al verlos dije “Wow”, y aunque mi instinto me decía que debía tenerles miedo, me sentía tranquila.

Jugamos un rato en el césped, yo les acariciaba el lomo, y fue cuando me di cuenta de lo grandes que eran y lo suave que era su pelaje, uno de ellos me devolvió la caricia con su cabeza y al verle la cara, pude apreciar cuán hermosos eran, sus rasgos eran sumamente fuertes y expresivos, se notaban que eran “animales salvajes”, pero su mirada era profundamente tierna, sin intención de hacerme daño. Mientras continuaba acariciandolos, uno de ellos se colocó sobre dos patas en una pared asomándose a ver la casa del vecino, y puedo asegurarles que medía al menos 3 metros. 

En ese momento se abrieron las puertas de mi casa y estas dos criaturas dejaron de jugar conmigo y se colocaron en posición de ataque, de un segundo a otro, sus gestos cambiaron y comenzaron a gruñir, se colocaron en 4 patas listos para atacar. Yo muy apenada porque le hicieran daño a alguien intente jalar a uno de ellos del cuello, y llevarlos al jardín trasero, pero fue inútil, y con su cabeza me empujó. 

En ese momento comprendí que estaban ahí para protegernos, y que simplemente estaban “en labor”, así que dije -¿Si ellos dos están en frente, quien protege el jardín trasero?, y una voz me preguntó  -¿Quieres más?¿Cuantos?, a lo que yo respondí -Uno más, mejor dos!, y escuche a otra dos criaturas gruñir atrás, no las vi, solo las oi.  

Luego coloqué a Toby (mi perro) en el jardín delantero, porque habia mucho frio, y muy preocupada, me pregunté si iban a poder tolerar el frío y si Toby no se sentiria temeroso, frente a tan grandes criaturas. Pero me sorprendió verlo tan feliz y tranquilo como si ya se conocieran desde antes. Mi mamá me dijo -Espero que te dejen dormir. Y justo en ese momento uno de ellos hizo un gran ronquido, de tonalidad muy grave y áspera. 

Me recosté en mi cama y muy tranquila me fui a dormir, confiada de que mis enormes y majestuosas criaturas estaban cuidandonos. 

Por la mañana me despertaron estas palabras “No todos los son ángeles iguales”. Ya estaba despierta y me senté en mi cama,  me di cuenta que recordaba ese sueño con un perfecto detalle y que el mensaje era claro…. Descansa, que yo te cuido. 

Mariaceleste AGS

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